La crisis económica y social que vivimos requiere actuaciones de amplio calado, rápidas, coordinadas y efectivas. Para que resulten exitosas, nuestros gobiernos, a todos los niveles, y el tejido económico deben alinear prioridades, estrategias, proyectos e inversiones.

 

Así lo estima la Comisión Europea, que ha dotado con 750 billones de euros el programa Next Generation EU. Su principal instrumento es el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, que incluye subvenciones y préstamos mediante la aplicación de los planes nacionales de recuperación y resiliencia de los Estados miembros, definidos de acuerdo con los objetivos marcados por Europa para cada país y, en particular, alineados con las prioridades de transición ecológica, digital y de incremento de nuestra resiliencia. A esos tres objetivos fundamentales se suma de forma transversal la lucha contra el desempleo y el desarrollo de las capacidades profesionales, como se describe en la European Skills Agenda.

 

España opta a recibir 140.000 millones de euros, 72.700 en forma de subvenciones no reembolsables, a fondo perdido. Pero esos fondos no se trasladarán a nuestro país sin más: Europa impone condiciones para asegurar su buen uso. España debe detallar una propuesta que, en sus líneas generales, ya fue presentada públicamente el pasado 7 de octubre.

El Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Economía española  se someterá ahora a diálogo con Europa, que evaluará cada una de las iniciativas que lo conforman. El plazo final para cerrar ese diálogo es el 30 de abril del 2021.

 

La oportunidad, pero también el reto, es importante: el 70% de la financiación europea, sobre 50.890 millones a fondo perdido, 47.110 en préstamos, debe comprometerse en solo dos años, 2021 y 2022. Como referencia, España a día de hoy aún no ha comprometido ni el 50% de los 40.000 millones en fondos estructurales que se le asignaron para el periodo 2014-2020 (con dos años más de posible extensión).

¿Cómo vamos a hacer para captar y asignar eficientemente una cantidad muy superior en tan solo dos años?

 

La clave está en la colaboración público–privada. La Comisión Europea recomienda abrir procesos de diálogo para avanzar en ese sentido. El gran riesgo es que, dada la velocidad requerida en la definición de las propuestas, solo se tengan en cuenta los intereses y propuestas de las grandes corporaciones.

El Comisario Thierry Breton, ya en junio, animó públicamente a utilizar a los clusters, entornos colaborativos industriales con alta participación de las pymes, como elemento fundamental no solo en la definición de los planes de recuperación, sino también en su ejecución. Así lo están haciendo países como Francia, que incorporó a su plan presentado el mes pasado numerosas recomendaciones recibidas desde la Association Francaise des Pôles de Compétitivité, la asociación de clusters francesa, o como hace Alemania, a través de su programa Go-Clusters.

 

Las regiones españolas están aportando propuestas propias al Gobierno central. Cataluña valora la suya en 31.765 millones, País Vasco en 10.000, ambas incluyendo en sus líneas proyectos generados desde sus clusters. Hasta donde conocemos, Aragón aún no ha presentado públicamente su plan de recuperación.

 

Nuestra comunidad cuenta con importantes capacidades en las que apoyar propuestas claramente alineadas con los principales objetivos marcados por Europa. Algunas de estas capacidades son ya reconocidas por la Comisión Europea.

En el marco de la Plataforma S3 de Modernización Industrial, Aragón está liderando cuatro consorcios regionales: Movilidad Segura y Sostenible, Ecosistemas culturales y creativos regionales, Territorios Inteligentes de agua y Valles europeos de Hidrógeno. Todas las áreas cubiertas por estos consorcios están alineadas con los objetivos de inversión antes citados, por lo que pueden servir para diseñar sólidas propuestas para Europa.

 

El clúster aragonés IDiA preside la European Clusters Alliance, entidad que reúne a cerca de 800 clusters europeos, el 90% de los oficialmente registrados. Su gerente es miembro oficial del Expert Group on Clusters de la Comisión Europea.

Durante la crisis del covid-19 y en colaboración con la Comisión Europea, IDiA ha liderado la European Alliance Against Coronavirus, formando parte fundamental de la Rapid Alert Function, desde la que ha remitido, por encargo oficial, informes semanales a la Comisión con alertas sobre disrupciones en las cadenas de valor y suministro industriales de toda Europa, así como recomendaciones para su resolución. Muchas de estas recomendaciones han sido derivadas a propuestas para los planes de recuperación europeos.

 

Desde el clúster IDiA hemos entregado al Gobierno de Aragón varias propuestas de proyectos que estamos recogiendo de nuestros socios. Una de ellas se centra en el desarrollo de servicios de alto valor añadido en Inteligencia Artificial aplicada a Manufactura Avanzada, aprovechando la próxima construcción de tres grandes centros de cálculo de Amazon, y combinándolo con nuestras potentes capacidades industriales.

Este proyecto impulsaría el crecimiento de una muy competitiva red de empresas proveedoras y usuarias de estas soluciones en nuestra región, creando una imagen de marca para Aragón distintiva y de alto atractivo internacional, e impulsando la ubicación de empresas y servicios especializados en estas tecnologías en nuestra región. El potencial de creación de empleo de alta calidad es muy elevado.

 

Ahora es el momento. Aragón debe responder con premura, definiendo un ambicioso plan de recuperación que atraiga fondos imprescindibles para nuestra economía. Los clusters quedamos a disposición de nuestros gobernantes.

 

 

Artículo firmado por Antonio Novo Guerrero, Director Gerente del clúster IDIA y presidente de la Alianza Europea de Clústers

*Tanto artículo como la fotografía fueron previamente publicados por El Periódico de Aragón