Mercedes tiene 49 años. 4 años más de la franja de edad donde los expertos consideran que comienza el edadismo laboral.

Para la gran mayoría, cumplir años estando en búsqueda de empleo es sinónimo de adentrarse es un terreno farragoso del que es muy complicado salir.

“Eres demasiado mayor para este puesto de trabajo. Tienes un curriculum vitae excelente, pero buscamos a un candidato más joven”. Estas frases son un ejemplo real y conocido del edadismo, el nombre que recibe la discriminación por edad basada en prejuicios y estereotipos y que imposibilitan que muchas personas mayores de 45 años consigan un puesto de trabajo.

“El estigma de la edad nos ha marcado, nos hemos visto un poco desplazados” reconoce Mercedes Blas. Con una dilatada experiencia profesional y con la misma motivación que una persona de 30 años, Mercedes perdió su empleo durante el confinamiento en mayo de 2020 tras más de 2 años dedicados a la empresa.

En mayo conoció el programa PIMEI Ocupados de IDiA, un programa de desarrollo de talento que ofrecía un servicio de orientación y acompañamiento personalizado en la búsqueda de empleo.

“El programa fue un chute de energía y motivación, me hicieron sentirme útil, me dieron esperanzas para continuar con mi búsqueda de empleo”. Son las primeras palabras con las que Mercedes relata su experiencia como usuaria.

El programa, llevado a cabo por IDiA y financiado por el Inaem, ofrecía a los participantes sesiones individuales y en grupo donde se explicaban, entre otras cosas, las herramientas para la búsqueda de empleo más destacadas en el mercado laboral actual. “Me di cuenta de que estaba un poco obsoleta cuando me enseñaron una gran cantidad de recursos que no sabía ni que existían. Nunca pensé que la forma de buscar un empleo hubiera cambiado tanto en estos años. Ahora he interiorizado todo ese conocimiento que me dieron los orientadores y puedo valerme por mí misma. Ahora ya sé dónde tengo que buscar un empleo y cómo hacerlo, así como rechazar todas las ofertas engañosas que se publican en las redes, me enseñaron a distinguir las ofertas válidas de las que no lo eran”.

Tanto es así, que tras conseguir con mucho esfuerzo su certificado de profesionalidad como docente en septiembre y tras poner en práctica todos los consejos que le daban los orientadores, Mercedes consiguió un empleo hace unos meses como orientadora docente en la empresa de formación MasterD. “Ahora yo hago con otras personas lo que el orientador de IDiA hizo conmigo”.

 

 

Tras haber concluido su paso por el programa reconoce que ha experimentado un gran crecimiento personal.

“Supieron darme el apoyo que necesitaba. Antes de participar en el programa estaba un poco perdida y sentía miedo e incertidumbre ante la búsqueda de empleo, entre otras cosas, por mi edad porque muchas empresas nos rechazan sin tener en cuenta nuestra experiencia y valía. También pensaba que quizá no me podría adaptar a trabajar en un equipo con gente joven” explica Mercedes.

«Lo que más me gustó del programa fue que me dieron tanto las herramientas como la esperanza que necesitaba. Mi orientador siempre estuvo disponible para mí y nunca me sentí juzgada a pesar de mis miedos. Que me hicieran sentir útil sin estar trabajando me ayudó muchísimo”. Mercedes, muy feliz con su nueva situación laboral, cree que el éxito del programa ha residido en la calidad humana de los orientadores y en la propia estructura del mismo “la organización de los procesos estaba perfectamente pautada, todas las actividades tenían un sentido y un porqué”.

Su consejo a los lectores que lean las líneas de su historia: “que las personas que lean o escuchen una publicidad o anuncio sobre orientación laboral, que la lean o escuchen de verdad, que no la pasen por alto. Es real y la vida te puede cambiar a mejor”.

Mercedes Blas Sanz es una de las participantes del PIMEI Ocupados, el programa de orientación y acompañamiento laboral llevado a cabo por IDiA y financiado por el Inaem en el que participaron personas en búsqueda de mejora profesional o que perdieron su empleo o entraron en un ERTE durante el estado de alarma de 2020.