Con 36 años, un grado en Administración y Dirección de Empresas y un MBA, Francisco Gracia de Mur, era joven, tenía una excelente formación y ocupaba puestos de alto nivel en grandes empresas ligadas al sector internacional de las telecomunicaciones y la logística. Y así lo fue, hasta que, de un día a otro, perdió su empleo.

Eran momentos complicados, la situación por la covid era insostenible para muchas empresas. La suya entró en ERTE y lo acabó despidiendo. El mercado laboral estaba parado y el futuro no aparentaba ser muy prometedor. “Perdí mucho peso y no dormía más de 3 horas al día de la angustia que me generaba ese estado. A mí nunca me había faltado el trabajo y me quedé sin él en el peor momento. No sabía ni por dónde empezar a buscar porque nunca me había visto forzado a esa situación” reconoce ahora Francisco.

La pandemia, como a tantos miles de millones de personas en todo el mundo, cambió su realidad. Su día a día ya no consistía en dirigir equipos ni en coger aviones para reunirse con clientes, ahora todos sus esfuerzos tenían que centrarse en mantener el ánimo y en buscar un nuevo empleo.

En ese período de tiempo conoció el PIMEI Ocupados de IDiA, un programa de desarrollo de talento que ofrecía un servicio de orientación y acompañamiento personalizado en la búsqueda de empleo.

“Como era la primera vez que estaba buscando una oportunidad laboral, hasta ahora había trabajado de continuo, el programa me sirvió para depurar ciertas fuentes y para conocer otras vías y maneras de acceder a un puesto de trabajo. Cuando buscas empleo existen muchas puertas donde tocar, pero muchas de ellas, a su vez, son desconocidas, el programa te ayuda a ir centrándote a ir conociendo esas posibles vías” afirma Francisco.

Las personas que le aportaban toda esa información fueron los orientadores del PIMEI. Ellos organizaban sesiones individuales con los participantes siempre que lo requirieran al tratarse de un programa personalizado, además de las 7 sesiones obligatorias a las que todos los usuarios debían asistir. En total, los orientadores han impartido, aproximadamente, 3.000 horas de actuaciones, además de las de las sesiones grupales y los 16 webinars que se ofrecieron a lo largo del programa.

“Los orientadores me ayudaron mucho, me resolvieron muchas dudas. Me enseñaron hacia donde orientarme y cómo hacerlo, e incluso estrategias para escribir cartas de recomendación o tener un cv de impacto”. Sin embargo, lo que Francisco más valora no son los conocimientos adquiridos, sino el acompañamiento y apoyo recibido: “En la pandemia me encontré con la necesidad real de encontrar un empleo, y en esos momentos, cuando más bajo estaba, hablar con ellos era un subidón. Me motivaban diariamente y me hacían ver que simplemente me enfrentaba a un reto y que disponía de lo necesario para superarlo con éxito. No te sientes solo, en los momentos más difíciles estaban ahí para mí, contaba con su apoyo, y eso fue, sin duda, lo más importante y lo que me condujo al éxito”.

El acompañamiento recibido le impulsó a seguir una estrategia proactiva en su búsqueda de empleo. Él era directamente la persona que se dirigía a las empresas que le interesaban, preparando sus entrevistas con los orientadores, quienes, a su vez, ofrecían feedback sobre sus competencias a los departamentos de RRHH que lo estaban evaluando. Durante todo este el PIMEI, los orientadores presentaron el programa o algunos de sus participantes a 415 empresas.

Francisco encontró empleo acorde a su formación en unos meses. Como él mismo reconoce “en mi búsqueda de empleo fue clave ser activo en redes sociales, formar una huella digital, tener claro a qué sectores te quieres dedicar y dirigirte a las personas que los ocupan directamente”.

En esa línea, Francisco anima a las personas en búsqueda de un puesto de trabajo a que manifiesten públicamente que se encuentran en esa situación: “Mantener una vida social constante en redes es vital, no hay que tener vergüenza si te despiden o te quedas sin empleo, hay que comunicarlo porque te ayudará a que si alguien se entera de que existe una oportunidad laboral te lo comunique. Si aparentas que tienes un empleo y/o que estás satisfecho con él, nadie te va a ofrecer uno nuevo”.

Tras su paso por el programa, Francisco lo valora con un sobresaliente, con un 10, al igual que la mayoría del resto de participantes según recogen las encuestas de finalización del PIMEI. Los datos sustraídos de las mismas también señalan que el 97% de las participantes encuestados otorgan una puntuación igual o superior a 7 respecto a la utilidad percibida. Datos positivos a resultados positivos. A pesar de los complejos  momentos en los que este programa se llevó a cabo, con un mercado laboral muy dañado y con escasa movilidad, más de la mitad de los participantes consiguieron una mejora profesional.

También es interesante reseñar que algunos usuarios y usuarias han alcanzado una mejora de condiciones que, aunque no computan como objetivo dentro del programa, en IDiA consideramos fundamental mencionarlas dada su importancia:

  • Mejora de horarios, lo que facilita la conciliación de la vida personal y profesional.
  • Reorientación a otro ámbito y/o sector profesional, o cambio de trabajo a otro más acorde a formación /experiencia.
  • Mejora de categoría profesional y/o su salario.
  • Desarrollo profesional dentro de su empresa, desempeñando nuevas tareas, o asumiendo nuevas responsabilidades como, por ejemplo, la supervisión de equipos.

Los técnicos y técnica que han hecho posible este trabajo y sin los cuales los resultados no habrían sido tan positivos son: Sergio Ibáñez Laborda, Sonia Candela Pérez y Jorge Luis Gutiérrez Sánchez.